Entrevista con Maite Durán, directora de La Estuditeca
Maite Durán nos habla de las mejores técnicas de estudio para mejorar el aprendizaje y la concentración de los adolescentes. Consejos prácticos para estudiantes y padres.
3/26/20255 min read


Maite Durán es la fundadora de La Estuditeca, un centro especializado en refuerzo escolar y técnicas de estudio para adolescentes. Desde 2011 acompaña a chicos y chicas a descubrir su propio método de estudio, recuperar la confianza y brillar con todo su potencial.
Su propósito es claro: ayudarles a recuperar la ilusión por aprender y que puedan avanzar con seguridad y confianza en cada etapa de su formación. Más de 3.000 estudiantes han mejorado su rendimiento académico y fortalecido su autoestima, logrando que el 95% de ellos aprueben el curso.
1. Maite, ¿qué te motivó a crear La Estuditeca y dedicarte al apoyo educativo de adolescentes?
La Estuditeca nació de una experiencia personal. Mi hijo empezó a suspender en 3º de ESO y, tras el primer trimestre, en una reunión con su tutora me dijeron que no hiciera nada para ayudarle, que lo dejara fracasar y repitiera curso. Aquello me dejó desolada. No podía cruzarme de brazos y rendirme sin más.
Busqué ayuda, hablé con una amiga y acabé visitando una pequeña aula de estudio en el barrio. Allí sentí el impulso de crear algo parecido. En pocos meses fundé La Estuditeca y desde entonces acompaño a personas adolescentes para que recuperen la ilusión por aprender, desarrollen su propio método de estudio y sean capaces de responder con claridad y seguridad las preguntas de un examen para conseguir la mejor nota posible. Pero lo que más me emociona es ver cómo recuperan la motivación, refuerzan su autoestima y ganan confianza y seguridad. Eso es lo que da sentido a todo mi proyecto.
2. A lo largo de estos años, ¿cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado al trabajar con adolescentes y cómo los has superado?
El mayor reto es conseguir que se impliquen en este proceso. La mayoría llegan con una gran desmotivación, con un nivel bajo de autoestima y con la creencia de que no sirven para estudiar. Lo primero que hago es escuchar con atención la historia de cada adolescente. Solo así puedo conectar con ellos y ofrecerles la ayuda que realmente necesitan para que sientan que sí pueden.
A partir de ahí, trabajamos paso a paso: resolviendo dudas, organizando cada sesión de estudio y celebrando cada pequeño avance. Para que el cambio sea real, es fundamental mantener el esfuerzo, la constancia y la fuerza de voluntad. No es algo que ocurra de un día para otro, pero cuando menos te lo esperas, todo empieza a girar a su favor. Y entonces es cuando se dan cuenta de que son capaces de conseguirlo.
3. En tu experiencia, ¿cuáles son las principales dificultades que encuentran los adolescentes al estudiar y cómo pueden los padres identificarlas?
La mayoría no sabe cómo estudiar ni por dónde empezar. Y es normal, porque nadie les ha enseñado. Les cuesta organizarse, repiten técnicas ineficaces como leer y releer o subrayar sin criterio, y se frustran porque no ven resultados. A eso se le suma la presión por aprobar el curso, la comparación con otros compañeros, la falta de tiempo por un exceso de actividades extraescolares y, en muchos casos, la falta de hábito. Todo esto acaba minando su motivación y confianza.
Hay algunas señales que pueden ayudar a identificar estas dificultades: si lo deja todo para el final, se agobia al abrir un libro, evita enfrentarse al estudio, empieza a suspender los exámenes, baja las notas de forma repentina o adopta una actitud de “me da igual, no lo voy a conseguir, es muy difícil”. Esas frases suelen decir más de lo que parecen.
4. ¿Podrías compartir algunas técnicas de estudio efectivas que recomiendas a tus alumnos para mejorar su rendimiento académico?
Siempre insisto en aplicar técnicas de estudio activas. En lugar de leer o copiar apuntes, hay que poner la mente en marcha: hacer esquemas o mapas mentales, responder a preguntas, explicar el tema en voz alta o resolver actividades de consolidación.
Cuando el estudio es activo, la comprensión y la retención suceden de forma más fácil y rápida. Una técnica imprescindible es la autoevaluación: preparar pequeños exámenes o fichas para comprobar si se ha entendido el tema y detectar qué puntos necesitan más repaso. Y, por supuesto, también es importante cómo se organiza el tiempo: estudiar en bloques cortos, hacer descansos activos y mantener el móvil fuera de la zona de estudio. Parece algo muy básico, pero marca la diferencia.
5. La organización del tiempo es crucial para el éxito académico. ¿Qué consejos ofreces a los estudiantes para que gestionen su tiempo de manera eficiente?
El primer paso es tener una visión semanal: saber qué tareas hay, cuándo son los exámenes y cuánto tiempo necesita dedicar a cada asignatura. A partir de ahí, la clave es preparar un planning de estudio semanal que le permita organizar y programar las sesiones de estudio de forma realista. Recomiendo dividir el tiempo en bloques cortos, alternar materias para evitar la fatiga mental y dejar huecos libres para imprevistos. También es fundamental respetar el tiempo de descanso, porque estudiar más no siempre significa estudiar mejor.
Un truco que funciona muy bien es empezar por las tareas más sencillas y rápidas. Al completarlas, se genera una sensación de satisfacción que ayuda a enfrentarse después a las más complejas con una mejor actitud.
"Cuando un adolescente se siente comprendido, empieza a confiar."
6. Además del aspecto académico, ¿cómo trabajáis en La Estuditeca la motivación y la gestión emocional de los estudiantes?
La parte emocional es clave para el rendimiento académico. Si una persona adolescente no se siente bien a nivel emocional, es difícil que pueda concentrarse o abordar el estudio con eficacia. Por eso, cuando alguien llega a La Estuditeca, lo primero que hago es conocer su historia. Solo así puedo ofrecerle un acompañamiento que le genere bienestar y le ayude a aprobar el curso.
Escuchamos, validamos lo que sienten y les ayudamos a entender que equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje. Cuando un adolescente se siente comprendido, empieza a confiar. Y desde esa confianza, se deciden metas realistas, aprenden a reconocer sus propios logros y descubren herramientas para gestionar el estrés, la frustración y la ansiedad que muchas veces genera el estudio.
7. Los padres desempeñan un papel fundamental en el éxito académico de sus hijos. ¿Qué estrategias recomiendas para que los padres apoyen eficazmente el aprendizaje de sus hijos en casa?
Lo primero es mostrar interés sin convertirse en detectives. Acompañar no es controlar, sino estar presentes de forma genuina: preguntar cómo van, si necesitan ayuda, celebrar sus avances y estar ahí también cuando las cosas se tuercen. También es clave crear un entorno tranquilo, con rutinas claras y un hábito de estudio constante, evitando distracciones mientras trabajan.
El entorno influye muchísimo en su capacidad de concentración y en su actitud ante el estudio. Y si la situación se complica o hay conflicto constante, lo más sano es pedir ayuda. Mi consejo es que en cuanto se detecte una dificultad que no se puede resolver en casa, se busque apoyo profesional. A veces, basta con una figura externa que sepa cómo guiarles para que vuelvan a implicarse y recuperen la confianza.